Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
domingo, 17 de enero de 2016
EL TIEMPO DE DIOS
2 Pedro 3:8-9
"Pero no olviden, queridos hermanos, que para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no tarda en cumplir su promesa, según entienden algunos la tardanza. Más bien, él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie perezca sino que todos se arrepientan."
Dios puede haber parecido lento para estos creyentes, ya que enfrentaban la persecución cada día y ansiaban el día en que dejaran de sufrir.
Pero Dios no es lento; Él simplemente no está en nuestro calendario como nosotros estamos acostumbrados. Jesús está esperando para que más pecadores se arrepientan y se conviertan a Él. No hay que sentarse y esperar a que Cristo vuelva y ya, sino que debemos vivir con la conciencia de que el tiempo es corto y que tenemos un trabajo importante que hacer.
Estemos preparado para encontrarnos con Cristo en cualquier momento, incluso en la actualidad; pero planifiquemos nuestro curso de servicio como si Él no fuera a regresar sino hasta dentro de muchos años.
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