Romanos 6:23
"Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor."
Génesis 3 relata la historia de la caída de la humanidad, cuando el pecado de Adán condenó al mundo a un ciclo de pecado y desesperación, rematado por la muerte. Es por las acciones de Adán que heredamos la propensión al pecado (ver Romanos 3:23). Pero en lugar de dejarnos condenados a las consecuencias del pecado, Dios nos ha prometido renacimiento y nueva vida (ver Romanos 6:23). Esto no es algo que merezcamos; más bien, es un regalo que se nos da, un ejemplo del amor verdadero y permanente que Dios tiene por su creación (ver
Efesios 2: 8-9).
Tómate un tiempo para considerar la grandeza de esa declaración. A pesar de que fallamos en los mandamientos de Dios, a pesar de que no cumplimos con las expectativas de Dios para nosotros, Dios todavía tenía suficiente amor para nosotros que nos ofreció una salida del ciclo.
Esa salida es Jesucristo, quien cierra la brecha entre lo humano y lo divino como el mediador de una nueva relación entre Dios y la humanidad: un pacto de vida en lugar de uno de muerte (ver Hebreos 12:24).
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