Nehemías 1:11
"Señor, te suplico que escuches nuestra oración, pues somos tus siervos y nos complacemos en honrar tu nombre. Y te pido que a este siervo tuyo le concedas tener éxito y ganarse el favor del rey»."
Un granjero rico oraba todos los días por las necesidades de las personas de escasos recursos. Sin embargo, cuando alguien le pedía un poco de maíz de sus graneros, nunca parecía sentir que tenía suficiente de sobra. Un día, el hijo pequeño del granjero dijo: "Papá, me gustaría tener todo tu maíz". "¿Por qué, hijo? ¿Qué harías con él?" preguntó el padre. "Yo respondería a tus oraciones", respondió inocentemente el niño.
A menudo, tenemos el poder de responder a nuestras propias oraciones, pero no vemos la oportunidad. Cuando Nehemías oró, se colocó directamente en una posición en la que podría ayudar a contestar su propia oración (Nehemías 1: 4-11). "Prospera, te ruego, mi siervo en este día, y concédele misericordia ante los ojos de este hombre". Nehemías tenía toda la intención de aprovechar su alta posición con el rey para buscar ayuda para su pueblo deprimido.
Las personas que son los verdaderos adoradores han aprendido a ofrecerse en servicio mientras oran. No están simplemente dispuestos a pronunciar palabras altisonantes para las necesidades de la humanidad. En cambio, se colocan en la posición de ayudar. Esto no quita el filo de la intervención divina. Más bien, le da a Dios canales para trabajar a través de Sus bendiciones para la humanidad.
Estemos disponibles para el uso de Dios hoy.
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