sábado, 4 de septiembre de 2021

ACCIONES Y CONSECUENCIAS


 

Ezequiel 1:1

"En el día quinto del mes cuarto del año treinta, mientras me encontraba entre los deportados a orillas del río Quebar, los cielos se abrieron y recibí visiones de Dios."


"Para cada acción, hay una reacción igual y opuesta".

La Tercera Ley de la Física de Newton es la versión científica de un principio bíblico: cosechas lo que siembras (Gálatas 6: 7).


Las acciones tienen consecuencias. Si lanzas una pelota al suelo, rebotará con la misma fuerza. Si plantas una semilla de tomate, cosecharás tomates.


Este concepto se aplica a todas las partes de la vida, no solo a la física y la agricultura. Si actúas de forma amistosa, harás amigos. Si holgazaneas en el trabajo, no te ascenderán. Si difamas a otros, puedes esperar que ellos hagan lo mismo contigo más adelante.


A menudo, las consecuencias de nuestras acciones son inmediatas: cuando lanzas una pelota, esta rebota instantáneamente. Pero el juicio de Dios es más como plantar la semilla de tomate: no puedes cosechar un tomate al día siguiente. Toma tiempo.


Los israelitas han hecho "lo malo a los ojos del Señor". Y esta pecaminosidad continúa sin consecuencias durante cientos de años: 250 años para el reino del norte y 400 para el reino del sur. Después de tanto tiempo, los israelitas podrían pensar que Dios simplemente está dejando pasar su comportamiento. Pero el hecho de que el juicio no llegue de inmediato no significa que los israelitas se saldrán con la suya. Recuerda: Dios es paciente.


Cuando finalmente llegue su juicio, exilio y cautiverio en tierras extranjeras, será una píldora difícil de tragar. Sin embargo, Dios sigue siendo fiel y amoroso, y nunca abandona a las personas que ha elegido.


Se envían profetas como Ezequiel y Daniel para fomentar la fidelidad. Y más tarde, cuando es el momento adecuado, Dios usa a Esdras, Nehemías, Ester y otros para proteger al pueblo, llevarlo de regreso a la Tierra Prometida y restaurar el templo en Jerusalén. En los siguientes días estudiaremos el maravilloso libro de Ezequiel. ¡Acompáñanos!


Sí, las acciones tienen consecuencias. Nadie se puede burlar de Dios. Pero aún así, Él puede restaurar los corazones arrepentidos.


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