Jeremías 29:10-14
"Así dice el Señor: «Cuando a Babilonia se le hayan cumplido los setenta años, yo los visitaré; y haré honor a mi promesa en favor de ustedes, y los haré volver a este lugar.
Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.
Entonces ustedes me invocarán, y vendrán a suplicarme, y yo los escucharé. Me buscarán y me encontrarán cuando me busquen de todo corazón.
Me dejaré encontrar —afirma el Señor—, y los haré volver del cautiverio. Yo los reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde los haya dispersado, y los haré volver al lugar del cual los deporté», afirma el Señor."
Dios hace una hermosa promesa profética por medio de Jeremías. En una época donde el pueblo está desterrado, da una esperanza: Él tiene planes de bienestar. Quiere darles un futuro y una esperanza. Lo encontrarán cuando lo busquen de todo corazón. Y algo muy esperanzador para el pueblo aquella época: Los reunirá de todas las naciones y todos los lugares donde estén dispersos. ¡Qué maravillosa promesa!
Y esta promesa empieza a cumplirse en el inicio del libro de Esdras.
Esdras 1:1
"En el primer año del reinado de Ciro, rey de Persia, el Señor dispuso el corazón del rey para que este promulgara un decreto en todo su reino y así se cumpliera la palabra del Señor por medio del profeta Jeremías."
Ciro proclama la reconstrucción del templo. El retorno de los exiliados será pronto. Una vez más, Dios cumple lo que promete. Si Él lo hizo con un pueblo que no se cansó de pecar contra Él y desobedecer sus mandamientos, ¿No lo hará también con nosotros cuando nos volvamos de todo corazón?
Hoy es un buen día para volver a Dios. Para buscarlo de todo corazón. Él se dejará encontrar cuando vea la sinceridad de nuestro corazón. ¡Vamos, volvamos a Él!
No hay comentarios:
Publicar un comentario