2 Reyes 25:13-15
"Los babilonios quebraron las columnas de bronce, las bases y la fuente de bronce que estaban en el templo del Señor, y se llevaron todo el bronce a Babilonia.
También se llevaron las ollas, las tenazas, las despabiladeras, la vajilla y todos los utensilios de bronce que se usaban para el culto.
Además, el comandante de la guardia se apoderó de los incensarios y de los aspersorios, todo lo cual era de oro y de plata."
Tantos años siendo infieles, idólatras y desobedientes a Dios, tanto por parte del pueblo como del rey que los gobierna, finalmente le pasa factura a Judá. Lo que leemos en este capítulo es trágico: No sólo la gente es desterrada y llevada en cautiverio a Babilonia, sino que múltiples utensilios sagrados son tomados. El símbolo de que Dios estaba en medio del pueblo ya no está más: Una verdadera tragedia.
El mensaje que Dios comunica a su pueblo es contundente, directo. Sin embargo, ellos no lo entienden. Si están lejos de Dios, tampoco podrán gozar de vida en abundancia en su tierra. Son esclavos. Eso es lo que somos sin Cristo: Esclavos del pecado. ¿Por qué es algo tan difícil de entender para los israelitas en aquel tiempo? ¿Por qué es algo tan difícil de entender para los cristianos en este tiempo?
El día de hoy es imperativo que nos volvamos de nuestros malos caminos y acciones que contradicen lo que Dios quiere de nosotros. Demos media vuelta, arrepintámonos, volvámonos a Dios... ¡No tenemos que ser desterrados!
Oración: Padre, de todo corazón me arrepiento y me vuelvo a ti. No quiero ser desterrado, no quiero enfrentar tu juicio contundente. Ayúdame a hacerlo de todo corazón, ten misericordia de mi. En el nombre de Jesús, amén.
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