Daniel 1:1
"En el año tercero del reinado del rey Joacim de Judá, el rey Nabucodonosor de Babilonia vino a Jerusalén y la sitió."
La historia de Daniel es una historia de valentía y de ejemplo para muchos, aún cuando Daniel y sus amigos eran sólo unos muchachos. Rápidamente y en tierra extranjera, aún siendo cautivos, Daniel, Ananías, Misael y Azarías dan muestra de verdadera fidelidad y lealtad a Dios. Ellos se propusieron no contaminarse con tradiciones y rutinas que iban en contra de sus creencias. Y una y otra vez, Dios demuestra que está con ellos librándolos de una muerte segura.
Dios sabe premiar la lealtad a su nombre y a su causa. En estos tiempos donde el mundo le llama "bueno" a lo malo y "malo" a lo bueno, debemos hacernos el mismo propósito que esos muchachos de aquel tiempo: No contaminarnos con los pensamientos y acciones de esta era. Procuremos agradar a Dios, y Él se ocupará de nuestra defensa. De nada nos sirve agradar al mundo si vamos a obtener desaprobación divina.
Oración: Padre, ayúdame a mantenerme firme en mis ideales y creencias. Quiero mostrarte que puedo ser leal y fiel como Daniel y sus amigos. Sé que con tu ayuda lo puedo lograr. Bendito seas, amén.
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