Daniel 10:9-12
"Fue entonces cuando oí que aquel hombre me hablaba. Mientras lo oía, caí en un profundo sueño, de cara al suelo. En ese momento una mano me agarró, me puso sobre mis manos y rodillas, y me dijo: “Levántate, Daniel, pues he sido enviado a verte. Tú eres muy apreciado, así que presta atención a lo que voy a decirte”.
»En cuanto aquel hombre me habló, tembloroso me puse de pie. Entonces me dijo: “No tengas miedo, Daniel. Tu petición fue escuchada desde el primer día en que te propusiste ganar entendimiento y humillarte ante tu Dios. En respuesta a ella estoy aquí."
Daniel está en pleno ayuno y en una posición espiritual muy elevada. Eso provoca una respuesta extraordinaria de parte de Dios. Daniel está en otro plano completamente diferente al resto de personas en el mundo en aquella y esta época, ahora puede descubrir muchas más verdades del Reino de Dios. Él mismo desciende a hablarle. ¿No es ésto extraordinario?
Reflexionemos: Durante la última semana de lectura, ¿qué fue lo que más te impresionó de la vida de Daniel? ¿Cuál de sus características te gustaría adoptar? Hemos visto empatía, amor por su pueblo, amor por Dios, arrepentimiento, vida de oración, ayuno agradable delante de Dios... ¿Cómo cambiaría nuestra vida si adoptamos una, dos... todas estas características?
Oración: Señor, me impresiona y me apasiona la vida y actitud de Daniel, ayúdame a tener ese mismo amor y esa pasión por agradarte. Gracias porque sé que me escuchas y que así como con Daniel, sé que responderás en su momento. Bendito seas, amén.
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