Nehemías 8:1-3
"Entonces todo el pueblo, como un solo hombre, se reunió en la plaza que está frente a la puerta del Agua y le pidió al maestro Esdras traer el libro de la ley que el Señor le había dado a Israel por medio de Moisés.
Así que el día primero del mes séptimo, el sacerdote Esdras llevó la ley ante la asamblea, que estaba compuesta de hombres y mujeres y de todos los que podían comprender la lectura,
y la leyó en presencia de ellos desde el alba hasta el mediodía en la plaza que está frente a la puerta del Agua. Todo el pueblo estaba muy atento a la lectura del libro de la ley."
Nehemías empieza a leer la Ley y el pueblo escucha como nunca antes habían escuchado. A veces es necesario una corrección fuerte para apreciar la sabiduría y lo necesaria que es la Palabra de Dios en nuestra vida. Ellos la tuvieron como parte de sus vidas muchos años pero nunca le dieron la importancia debida. Ahora, luego del destierro, ven de una forma distinta...
Israel empieza a hacer esta práctica de forma diaria. ¿Con qué frecuencia leemos nosotros nuestra Biblia? ¿Por qué es una práctica importante para la vida de un cristiano? No olvidemos que muchas veces al orar nosotros nos comunicamos con Dios, pero... ¿En qué momento dejas que Él te hable? ¿No debería ser por medio de la lectura y medidtación de su Palabra?
El día de hoy hagamos el firme propósito de acercarnos a la Palabra de Dios, de meditarla y dejar que Dios hable y obre en nuestras vidas por medio de la Biblia. Así sea.
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