Génesis 1:26
"Entonces Dios dijo: «Hagamos al hombre a nuestra imagen, a nuestra semejanza»."
Ahora, imagina la creatividad de Dios.
De todo lo que nosotros no sabemos acerca de la creación, hay una cosa que nosotros sí sabemos: Él lo hizo con una sonrisa.
Él debe haber tenido una especie de estallido creativo:
Pintar las rayas en la cebra, colgar las estrellas en el cielo, poner el oro en la caída del sol.
¡Qué creatividad!
Estirar el cuello de la jirafa, poner la trepidación en las alas del pájaro burlón, ponerla risa en la hiena. Qué tiempo tuvo Él. Como un carpintero silbador en su taller, amó cada parte de esto.
Se puso a sí mismo en el trabajo. Tan intensa fue su creatividad que se tomó und ía libre al final de la semana solo para descansar.Y luego, como final de un brillante acto, hizo al hombre. Con su típica sagacidad creativa comenzó con un montón de polvo sin ninguna utilidad, y terminó con unai nvalorable especie llamada «ser humano». Un ser humano que tuvo el único honor de usar el sello «a su imagen». ¡Bendito sea Dios!
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