Te damos gracias, oh Dios,
te damos gracias e invocamos tu nombre;
¡todos hablan de tus obras portentosas!
Tú dices: «Cuando yo lo decida,
juzgaré con justicia.
Cuando se estremece la tierra
con todos sus habitantes,
soy yo quien afirma sus columnas.»
«No sean altaneros», digo a los altivos;
«No sean soberbios», ordeno a los impíos;
«No hagan gala de soberbia contra el cielo,
ni hablen con aires de suficiencia.»
La exaltación no viene del oriente,
ni del occidente ni del sur,
sino que es Dios el que juzga:
a unos humilla y a otros exalta.
En la mano del Señor hay una copa
de espumante vino mezclado con especias;
cuando él lo derrame, todos los impíos de la tierra
habrán de beberlo hasta las heces.
Yo hablaré de esto siempre;
cantaré salmos al Dios de Jacob.
Aniquilaré la altivez de todos los impíos,
y exaltaré el poder de los justos.
Salmo 75
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