martes, 8 de abril de 2014

UN POCO DE LUZ


Mateo 14.25–26
"Jesús se les acercó, caminando sobre las aguas turbulentas. Los discípulos, al verlo, gritaron llenos de espanto."

¿No nos pasa esto a menudo?
Cuando se aproxima una tormenta en nuestra vida, tarde o temprano miramos hacia el cielo ennegrecido, y es posible que digamos para nosotros mismos: «¡Por favor, Dios, un poco de luz!»


La luz llegó hasta los discípulos. Una figura se acercó a ellos caminando sobre las aguas.

No era lo que esperaban.

Quizás esperaban que unos ángeles descendieran o que los cielos se abrieran.

… No sabemos lo que buscaban. Pero una cosa es muy cierta: no esperaban que Jesús llegara caminando sobre las aguas.

Y como Jesús llegó en la forma que no esperaban, por poco no ven la respuesta a sus oraciones. Y a menos que miremos y escuchemos atentamente, estaremos expuestos a cometer el mismo error.

Las luces de Dios en nuestras noches oscuras son tan numerosas como las estrellas, si nos detenemos a buscarlas.

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