Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
viernes, 20 de septiembre de 2019
CUANDO CREEMOS QUE DIOS NO ESCUCHA
1 Pedro 1:6
"Esto es para ustedes motivo de gran alegría, a pesar de que hasta ahora han tenido que sufrir diversas pruebas por un tiempo."
“¿Cuánto tiempo, Señor, debo pedir ayuda, pero no escuchas?” (Habacuc 1:2).
¿Alguna vez te has sentido, como Habacuc, que tus gritos a Dios están cayendo en oídos sordos?
¿Dios parece distante? ¿Sientes que te ha abandonado en tu momento de necesidad? ¿Qué debemos pensar y cómo debemos reaccionar cuando Dios parece distante?
Aquí hay cuatro cosas para recordar al soportar el silencio de Dios:
1. No estás solo: Gigantes de la fe, desde Martin Luther hasta C. S. Lewis, han escrito sobre las crisis espirituales que han sufrido después de buscar el consuelo de Dios y sentir su ausencia. Y en la Biblia encontramos reyes, desde David hasta Jesús, que se sienten igualmente abandonados por el Padre (ver Salmo 22:1 y Mateo 27:46). Podemos consolarnos al saber que no somos los únicos que hemos pasado por tales experiencias, y que el silencio no es necesariamente un reflejo de la calidad de nuestra fe o nuestra relación con Dios.
2. Es temporal. Los sentimientos de distancia de Dios son una prueba temporal. Como dijo Pedro: "Esto es para ustedes motivo de gran alegría, a pesar de que hasta ahora han tenido que sufrir diversas pruebas por un tiempo." (1 Pedro 1:6).
3. Es por una razón: Pedro también dice que vienen las pruebas para que puedan probar la autenticidad de nuestra fe (ver 1 Pedro 1:7). Dios nos pone a prueba para probar y fortalecer nuestra fe y nuestra confianza en su misericordia. Como dice John MacArthur: "Como uno de los hijos de Dios, se te promete su presencia, aunque por ahora te sientes solo y sin ayuda. Descansa y trata de conocer a Dios, tu Padre. Él se mantiene comprometido a hacerte santo, incluso si eso significa quitarte la felicidad por un tiempo ".
4. Te está escuchando: incluso cuando Dios parece estar a un millón de millas de distancia, siempre está más cerca que nuestro aliento. Él te escucha, así que no tengas miedo de ser audaz y pregunta, como Habacuc, por qué tus gritos no tienen respuesta.
Sigue orando y ten por seguro que el silencio de Dios no durará para siempre.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario