Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
domingo, 29 de septiembre de 2019
¡ORA!
Mateo 26:39
"Yendo un poco más allá, se postró sobre su rostro y oró: «Padre mío, si es posible, no me hagas beber este trago amargo. Pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú»."
Jesús estaba en agonía la noche antes de su crucifixión. Oró fervientemente, temiendo la cruz pero sometiéndose al propósito superior de su Padre celestial.
Te enfrentarás a una profunda angustia en tu vida, a todos les pasa. Cuando eso sucede, puedes hacer lo que hizo Jesús: orar. Ora mucho, ora hondo, honestamente, ora con todos tus sentimientos. Ora hasta que sudes y llores y caigas exhausto. Ora con los demás. Ora solo. Ora el tiempo que sea necesario, y luego ora más. Ora porque nada más funciona, y sigue orando cuando parece que no funciona. Ora porque Jesús oró, ora porque quieres orar, ora porque no quieres orar. Ora en voz alta, ora en silencio. Ora cuando lo pienses, ora en lugar de solo pensarlo. Ora cuando caminas y cuando conduces y cuando te despiertas y cuando te vas a dormir. Ora antes de que te olvides.
Ora ahora mismo.
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