Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
lunes, 16 de septiembre de 2019
MANDATO CULTURAL
Efesios 2:10
"Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica."
Después de que Dios creó a la humanidad, les dio una serie de órdenes: ser fructífero y multiplicarse, llenar la tierra, dominarla y tener dominio sobre otros seres vivos. Este llamado a cultivar el mundo y ejercer dominio a menudo se llama mandato cultural. Como portadores de la imagen de Dios, nuestra vocación es reflejar su naturaleza, tal como fue modelada para nosotros en su trabajo de creación, trayendo un mayor orden, estructura, vitalidad y florecimiento a este mundo tan lleno de potencial. Dios quiere que administremos lo que nos ha dado amorosamente como un regalo, para aprovechar responsablemente el poder de la naturaleza e innovar para su gloria y el bien de toda la creación.
Cuando leemos que Dios descansó el séptimo día, no deberíamos tomar esto como que la creación estaba completamente terminada o ya no necesitaba desarrollo. Más bien, hizo a los humanos a su imagen para continuar su trabajo y llevar la creación a su potencial dado por Dios.
Este mandato no está reservado para las "élites": políticos, pastores, empresarios, etc. No, todos, sin importar nuestro rango, etnia, edad o vocación, estamos llamados a continuar la obra de Dios para traer orden y vitalidad a nuestro mundo. Dios ha confiado a los humanos el privilegio excesivo de continuar su trabajo de creación "para ser los ayudantes de Dios en la ejecución hasta el final del proyecto de su obra maestra".
Este mandato cultural le da a nuestro trabajo un significado increíble, ya que está destinado a ser una extensión del trabajo de Dios en la creación. Aún así, muchos de nosotros no sentimos que el trabajo que realizamos cada día tiene un significado o propósito significativo. Algunos de nosotros incluso vemos el trabajo como un tormento y una maldición, un obstáculo para lo que es realmente importante: ya sean amigos, familiares, pasatiempos, lo que sea. Pero la Biblia dice que el trabajo es bueno, y el mandato cultural nos recuerda que el trabajo en el que participamos apunta a algo mucho más grande que nosotros, incluso si no podemos ver el panorama general.
Claro, el trabajo está contaminado ahora debido a la caída, y estamos increíblemente limitados. Pero como portadores de la imagen de Dios, trabajamos para contribuir al florecimiento humano y al desarrollo de la tierra.
¿Cómo tu trabajo trae orden y florecimiento a tu empresa o comunidad? ¿Cómo contribuye al bien común, el bienestar de los demás y la mejora del mundo?
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