Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
sábado, 21 de septiembre de 2019
SUBLIME GRACIA
Efesios 2:4-5
"Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor por nosotros,
nos dio vida con Cristo, aun cuando estábamos muertos en pecados. ¡Por gracia ustedes han sido salvados!"
Una vez me pregunté si Dios alguna vez se cansaba de mis problemas, esos fallos y pecados recurrentes que nunca puedo vencer. A lo largo de mi lucha de vida conel pecado, me preocupaba que fuera a usar "toda mi gracia" que Dios me había dado.
Eso es hasta que leo la "primera historia" de la gracia de Dios con ojos frescos.
Adán y Eva desobedecieron a Dios al comer del árbol prohibido, e introdujeron el pecado en el mundo. Dios transmitió las consecuencias de sus acciones, que incluyeron el destierro del Jardín del Edén.
Cada vez que leía esa historia, pensaba que tenían que abandonar el paraíso porque Dios estaba cansado de ellos. Pero estaba equivocado. Su reubicación no fue un lugar de abandono; era un lugar de gracia.
Verás, había dos árboles especiales en el Jardín del Edén. Uno era el "árbol del conocimiento del bien y del mal". Este árbol era el que tenía el fruto prohibido. El otro árbol era el "árbol de la vida". Este era el árbol que daba vida perpetua a Adán y Eva.
Y este árbol de la vida es la razón por la que tuvieron que irse. Porque si se les hubiera permitido quedarse, habrían comido del árbol de la vida y habrían vivido para siempre (véase Génesis 3:22) pero revolcándose en el pecado y todo lo que trae consigo. Y Dios no podía soportar eso por las personas que amaba.
Entonces fue su amor lo que le hizo actuar así. Y les permitió morir. Para que pudieran experimentar la vida resucitada que su Hijo algún día les proporcionaría.
Dios no se quedó sin gracia en los albores de la humanidad. Y no se quedará sin gracia para ti o para mí.
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