jueves, 8 de agosto de 2019

ENTRE NOSOTROS, DENTRO DE NOSOTROS




Juan 20:19-22
"Al atardecer de aquel primer día de la semana, estando reunidos los discípulos a puerta cerrada por temor a los judíos, entró Jesús y, poniéndose en medio de ellos, los saludó.
—¡La paz sea con ustedes!
Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Al ver al Señor, los discípulos se alegraron.
—¡La paz sea con ustedes! —repitió Jesús—. Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes.
Acto seguido, sopló sobre ellos y les dijo:
—Reciban el Espíritu Santo."


La presencia de Dios en nuestras vidas no es solo un concepto intelectual, sino una realidad. La presencia de Dios se expresa a través de su Espíritu en nuestras vidas, hablando, convenciéndonos, animándonos, amándonos y sanándonos. Nuestra respuesta a la presencia divina de Dios en nuestras vidas es una obediencia humilde a sus mandamientos. 


Vivimos en Él y Él vive en nosotros. No hay mayor verdad, no hay mayor milagro que el Creador eterno y omnipotente del universo que ahora vive en nosotros a través de su Espíritu, que estemos nosotros en Él y Él en nosotros. Fuimos creados para esto.

Señor Jesús, gracias por vivir entre nosotros y hacer posible que se envíe el Espíritu Santo. No hay mayor regalo en esta vida.


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