LA UNCIÓN DEL SANTO

1 Juan 2:20-23
"Todos ustedes, en cambio, han recibido unción del Santo, de manera que conocen la verdad.
No les escribo porque ignoren la verdad, sino porque la conocen y porque ninguna mentira procede de la verdad.
¿Quién es el mentiroso sino el que niega que Jesús es el Cristo? Es el anticristo, el que niega al Padre y al Hijo.
Todo el que niega al Hijo no tiene al Padre; el que reconoce al Hijo tiene también al Padre.

Juan estaba escribiendo a los seguidores de Jesús en un momento en que la mayoría no podía leer, no había Biblias como las conocemos hoy, y la mayoría eran seguidores de Jesús de primera generación. El potencial de herejía, engaño y error fue grande. A pesar de nuestra abundancia de Biblias, la enseñanza y el aprendizaje acumulado durante más de dos mil años de historia de la Iglesia, también podemos perder el camino y desviarnos de nuestra pura devoción a Cristo. 

El punto de referencia de Juan para todos los seguidores de Jesús fue la presencia viva de Jesús dentro de ellos, a través del Espíritu Santo. Esta unción del Santo nos convence de pecado, nos recuerda la verdad en Cristo, nos capacita para decir "no" a la tentación y nos da discernimiento cuando nos enfrentamos con el engaño, la herejía y el error. Muchos seguidores de Jesús hoy confían más en las opiniones, enseñanzas y escritos de otros, en lugar de la presencia viva de Jesús dentro de ellos. Juan nos diría, nosotros también debemos aprender a conocer y seguir a Jesús a través de la unción de su Espíritu de verdad dentro de nosotros.

Señor Jesús, tú eres mi punto de referencia en todas las cosas. Enséñame tus caminos para que pueda caminar en tu verdad, para tu gloria.