Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
lunes, 18 de abril de 2016
EL DIOS QUE DA
Marcos 8:2
"Tengo compasión de la multitud porque hace ya tres días que están conmigo y no tienen qué comer;"
Una de las preocupaciones más comúnes y legítimas es sobre lo que vamos a comer. Después de todo, no podemos vivir sin comida, ¿verdad?
Los discípulos de Jesús estaban preocupados de que la gente no había comido durante 3 días y que no tenían el dinero para alimentar a todas las personas. Tenían una verdadera preocupación por el bienestar de las personas, lo cual era bueno, pero no habían entendido el poder de Jesús. Jesús usó la oportunidad de enseñar una verdad vital para los discípulos y los que le rodeaban. Tenían el pan de vida y no se daban cuenta.
Durante todo este tiempo los discípulos estaban pensando en su propia capacidad física. No se dieron cuenta de la capacidad del Maestro, a pesar de que habían sido testigos de Jesús como alguien capaz de hacer milagros. ¡Qué pronto se nos olvida lo que el Señor ha hecho por nosotros! Cuando tenemos un problema, vemos la situación y concluimos que no existe una solución posible. Tenemos que seguir confiando en el Señor y confiar en su capacidad de realizar milagros no importa lo grave que pueda ser la situación. Dios es un Dios que da. Se da porque Él se preocupa por nuestras necesidades. Su atención se extiende a todas las necesidades que podamos tener.
Sabemos que no vamos a confiar en nuestra propia fuerza, sino a descansar en la capacidad y el poder de Jesús para ayudarnos cuando estemos en problemas, no importa lo grandes o pequeños que sean.
Tomemos un momento para recordar un pasaje de nuestra vida en que estábamos en problemas y el Señor nos rescató. ¡Qué maravilloso es ser amado por Dios!
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