Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
lunes, 4 de abril de 2016
EL NUEVO MELQUISEDEC
Hebreos 7:1
"Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, salió al encuentro de Abraham cuando éste regresaba de la matanza de los reyes, y lo bendijo."
Apareció más de 2000 años antes de Jesús. Era sacerdote del Dios Altísimo en una época en la que aún no se había instituido el sacerdocio, por lo menos en el pueblo de Dios. Él bendijo a Abraham y recibió de él una ofrenda que se convertiría en un ritual significativo. Ni él ni su gente nunca se menciona otra vez en el Antiguo Testamento.
En los días de Abraham no había otros sacerdotes de Dios. Los descendientes de Israel que iban a ser sacerdotes aún no habían nacido. Sin embargo, Dios planeó este encuentro para mostrar que incluso el gran Abraham necesitaba un mediador sacerdotal.
En este pasaje, el significado detrás de la apariencia de Melquisedec aún no se discute, pero aquí hay una sacerdote diferente de los hijos de Leví, un misterioso enviado por Dios. Hay una referencia a él en el Salmo 110, que es un salmo profético refiriéndose significativamente al Mesías como un sacerdote según el orden de Melquisedec.
Dios siempre proporciona los medios que necesitamos para ir a Él. Es la mejor enseñanza que podemos sacar de este encuentro misterioso.
Nuestras mentes no pueden captar la majestuosidad del Dios inmortal e invisible, ni aun acercarse aceptablemente. Necesitamos un mediador y nadie se ajusta al papel mejor en nuestros tiempos que Jesús para ser nuestro sacerdote. ¡Él es nuestro Sumo Sacerdote! De la misma orden que Melquisedec.
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