viernes, 15 de abril de 2016

UN SACRIFICIO AGRADABLE



Levítico 22:1-2
"Habló el Señor a Moisés, diciendo:
Di a Aarón y a sus hijos que tengan cuidado con las cosas sagradas que los hijos de Israel me consagran, para que no profanen mi santo nombre; yo soy el Señor."


En el popular libro El Hombre celestial, el autor reflexiona sobre su experiencia cristiana en occidente. "Las multitudes ... están satisfechas con dar su mínimo a Dios, no su máximo. He visto a hombres y mujeres que cuando se trata de dar a Dios dan el tiempo o el billete que les sobra". Lamentablemente, esta actitud no se limita sólo a Occidente.

Los israelitas tenían el mismo problema. Algunos de ellos trataban por todos los medios de dar un animal inferior al contemplado al Señor. Otros trataron de ser inteligentes al ofrecer un animal recién nacido antes de que cualquier defecto o imperfección se hicieran evidentes y antes de que necesitaran darle cualquier tipo de atención. Dios les advirtió que tales ofertas no eran aceptables.

Hay que dar lo mejor de nuestro tiempo, talento y tesoro a Dios. ¿Es fácil? No, pero Dios nos dio lo mejor, su Hijo, el sacerdote y sacrificio perfecto. Los padres de familia debemos poner el ejemplo en nuestras casas, un ejemplo de sacrificio y amor por Dios.

Y otra cosa importante: Si le vamos a dar algo a Dios, que sea con la mejor actitud posible. No caigamos en el error de los israelitas de aquella época. Seamos agradecidos con Aquel que nos dio todo lo que tenemos.

Oración: Señor, gracias por darme tu lugar, el mejor posible, y lo mejor del cielo: Tu Hijo amado. Ayúdame a no retener mi respuesta a ti. Que pueda corresponder a tu amor e inspirar a mi familia a amarte también. En el nombre de Jesús, amén.

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