Levítico 18:5
"Por tanto, guardaréis mis estatutos y mis leyes, por los cuales el hombre vivirá si los cumple; yo soy el Señor."
El pensamiento de libertinaje sexual se ha expandido en todo el mundo. Ya se vale de todo, siempre y cuando "no se perjudique a los demás". El mensaje que se está dando a las nuevas generaciones es preocupante.
Los cristianos, sin embargo, han de obedecer a Dios en todos los asuntos sexuales. 'Yo soy el Señor tu Dios' y 'yo soy el Señor' se repiten en este capítulo. Nosotros debemos entender lo que Dios desea para su pueblo y su buen comportamiento abarca también la parte sexual.
Las prohibiciones en este capítulo se dividen en dos grandes categorías. Los versículos 6-18 descartan el incesto es decir, relaciones sexuales con un pariente cercano definido por lazos de sangre (vs 7, 9-13) o lazos de matrimonio (vs 8, 14-18). Los versículos 19-23 advierten sobre otras formas de conducta ilícita, incluyendo el adulterio, la homosexualidad y la bestialidad. La santidad de la familia debe ser preservada.
La obediencia será premiado con la "vida" (v 5). La desobediencia incurre en juicio. La historia humana lo demuestra. El antropólogo J. D. Unwin llevó a cabo un estudio exhaustivo de 88 civilizaciones y encontró que toda sociedad que practica la permisividad sexual pronto pereció. Si tan sólo los cristianos testificaran con su vida sobre lo que puede hacer Dios y su palabra, le demostraríamos a todas las familias que la obediencia trae recompensa. Pero, ¿cómo podemos los cristianos ser una luz cuando nuestros compromisos han causado estragos en nuestras vidas y nuestras familias se encuentran en ruinas? Meditamos y hagamos algo al respecto.
Amado Dios: Gracias por el regalo de la sexualidad, que podemos disfrutar bajo el marco del matrimonio. Ayúdame a confiar en tu sabiduría y obedecerte en ésta y todas las áreas de mi vida. En el nombre de Jesús, amén.
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