Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
miércoles, 7 de septiembre de 2016
CUIDADO CON LA TENTACIÓN
2 Samuel 11:2
"Y sucedió un día, al caer la tarde, que se levantó David de su lecho y se paseaba sobre el terrado de la casa real; y vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa."
A esa hora, David vio a Betsabé. Nunca estamos fuera del alcance de la tentación. Tanto dentro de nuestro país como en el extranjero somos responsables de cumplir con lo que se espera sea nuestra respuesta a la tentación; siempre corremos peligro, pero Dios nos ha dado armas para vencer... pero ¡ay de los que van por el mundo, o incluso se atreven a caminar en su propia casa sin armas! Los que se creen seguros están más expuestos al peligro que cualquier otro. El escudero del pecado es la confianza en sí mismo.
David debería haber estado comprometido en la lucha, en lugar de haberse quedado en Jerusalén. El ocio y una mente indefensa son chacales del diablo, y encuentran abundantes presas. En aguas estancadas nocivas criaturas pululan, y el suelo descuidado pronto produce una densa maraña de maleza y zarzas. Oh, por el amor de Jesús ¡Que siempre estemos activos y útiles en Su obra! Cuando veo el Rey de Israel dejando lentamente su sillón al cierre de la jornada, y cayendo a la vez en la tentación, a pesar de estar advertido, no me queda más que redoblar mi lucha contra el pecado y la tentación.
Lector, tengamos cuidado con las tentaciones de la noche. Necesitamos un centinela de la noche, así como un guardián para el día. Oh Dios, por medio de tu Santo Espíritu, guárdanos de todo mal en este camino de la vida y adviértenos cuando estemos cerca de caer en el precipicio. En el nombre de Jesús, amén.
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