Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
martes, 27 de septiembre de 2016
RECORDAR, SENTIR, PENSAR
Lucas 2:19
"Pero María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón."
Hubo un ejercicio, por parte de esta admirable mujer, de las tres poderes de su ser: su memoria: Ella guardaba todas estas cosas; sus afectos: Ella los mantenía en su corazón; Su intelecto: Sabía que Jesús no era un ser humano como los demás. Amado, recuerda lo que has visto que ha hecho por tí tu Señor Jesús... No olvides de dónde te ha sacado y de qué cosas te ha librado. Recordarlo sirve para que nuestra confianza en Él crezca en el día de la prueba.
Dejemos que la memoria se llene de todo lo relacionado con Cristo. Saquemos el vaso de alabastro de nuestro corazón, a pesar de que se rompa, y dejemos que todo el ungüento de su afecto lave sus pies perforados. Dejemos que el intelecto también conozca lo que ha hecho el Señor Jesús. Meditemos en lo que leemos de la escritura: No nos quedemos en la superficie, sumergámonos en las profundidades. No nos conformemos con escuchar a otros hablar de Dios. Que nuestro tiempo con Él no sea un día a la semana, por costumbre. Que nuestros días y noches se inunden de su presencia.
Que nuestra memoria, nuestro afecto y nuestro intelecto se llenen de la presencia de Dios y que podamos contagiar a otros de esa necesidad de Él. Así sea.
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