viernes, 16 de septiembre de 2016

ESA VIÑA...



Ezequiel 15:2
"Hijo de hombre, ¿qué es la madera de la vid más que cualquier otra madera? ¿Qué es el sarmiento entre los árboles del bosque?"


Estas palabras son para dar una lección de humildad al pueblo de Dios; se les llama la viña de Dios, pero ¿Por qué se creen más que otros? Ellos, por la bondad de Dios, han llegado a ser fructíferos, después de haber sido plantados en un buen terreno; el Señor los ha entrenado en las paredes del santuario, y para producir fruto para su gloria; pero ¿qué son sin su Dios? ¿Qué son sin la influencia continua del Espíritu, que engendra la fecundidad en ellos? 


Creyente, aprende a rechazar el orgullo, ya que no tienes ningún motivo para ello. Lo que eres y lo que tienes, no es para sentirte orgulloso. Cuanto más tienes, cuanto más estés en deuda con Dios; la verdad es que somos deudores y eso no es motivo de orgullo. Considera tu origen; mira hacia atrás a lo que eras. 

La verdad es que veo mi vida, y me doy cuenta de que habría sido un gran pecador si Dios no hubiera llegado a mi vida. Si no fuera por su gracia, estuviera perdido, sin dirección, sin frutos.

No seamos como la viña de la que habla el profeta Ezequiel, esa viña que defraudó al Señor y se creía superior a todos, demos frutos de arrepentimiento y de agradecimiento, demos todo por Aquel que nos salvó.

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