Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
sábado, 17 de septiembre de 2016
PRUEBAS
Job 1:9
"Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde?"
Esta fue la pregunta malvada del diablo respecto a ese hombre recto de edad, pero hay muchos en la actualidad con una relación próspera con Dios, con su familia temerosa de Él, con toda su papelería de ley en orden, que también serán "reclamados"; acá es donde se va a ver qué tipo de amor a Dios tenemos cada uno; si creemos en el evangelio por la prosperidad, seguramente al primer indicio de una prueba financiera vamos a abandonar el camino.
En cuanto a los verdaderos cristianos, que esperamos tener la recompensa en la otra vida, deberíamos estar preparados para sufrir en este mundo. No es que "debamos sufrir", sino que si así es la voluntad de Dios, pues preparados debemos estar. La promesa del antiguo pacto era la prosperidad, pero la promesa del nuevo pacto es la adversidad. Recuerda las palabras de Cristo: "Si alguno quiere ser mi discípulo, que tome su cruz y me siga". El seguidor de Cristo debe aprender a regocijarse en las tribulaciones, porque a medida que abundan sus tribulaciones, su consuelo abundará en Cristo Jesús.
Ten la seguridad, si eres un hijo de Dios, que no serás ajeno a las pruebas. Tarde o temprano cada barra de oro debe pasar por el fuego. No temas, sino regocíjate de que tales tiempos fructíferos vendrán después de la prueba; vas a ser liberado de aferrarte a la vida presente, y serás preparado para disfrutar las cosas eternas que pronto te serán reveladas.
Cuando sientas que ya no puedas más, que el sufrimiento es casi inmovilizador, cuando sientas que no hay esperanza, vendrá el tiempo del disfrute... y será eterno.
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