Lucas 24:27
"Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían."
Los dos discípulos en el camino a Emaús tuvieron un viaje inolvidable... aunque no lo sabían. Su compañero y maestro fue el mejor de los tutores; el intérprete en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y el conocimiento. El Señor Jesús condescendió a convertirse en un predicador del Evangelio, y no se avergonzó de ejercer su vocación ante una audiencia de dos personas. Cuánto nos falta por aprender de Él...
Este tutor inigualable utiliza como su libro de texto el mejor de los libros. Aunque capaz de revelar la verdad fresca, prefirió exponer la sabiduría datada de años. Empezando por Moisés y siguiendo con los profetas, nos mostró que el camino más seguro hacia la sabiduría no es la especulación, el razonamiento o la lectura de libros humanos, sino la meditación sobre la Palabra de Dios. La forma más efectiva de ser espiritualmente rico en conocimiento celestial es cavar en esta mina de diamantes, para recoger las perlas de la Palabra de Dios. Cuando Jesús mismo trató de enriquecer a otros, operó en la cantera de la Santa Escritura.
La pareja favorecida no sólo recibió enseñanza directa del mismo Dios hecho hombre... Y lo mismo hace por medio de su Espíritu Santo en estos días. Está ansioso por enseñarnos, por darnos lecciones de sabiduría divina, de mostrarnos el camino, de compartir con nosotros el pan en la mesa... La pregunta clave es: ¿Estás dispuesto a recibir?
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