Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
lunes, 20 de febrero de 2017
¿HASTA CUÁNDO?
Salmos 4:2
"Hijos de los hombres, ¿hasta cuándo volveréis mi honra en infamia,
Amaréis la vanidad, y buscaréis la mentira?"
Un escritor ha hecho una lúgubre lista de los 'honores' que algunos ciegos de Israel dieron a su esperado rey.
1. Ellos le dieron una procesión de 'honor', en la cual los legionarios romanos, sacerdotes judíos, hombres y mujeres, tomaron parte, Él mismo llevando su cruz. Este es el triunfo que el mundo le otorga a aquel que viene a derrocar a los más temibles enemigos del hombre. Los gritos derechistas son sus únicas aclamaciones, y las crueles burlas son sus únicas paces de alabanza.
2. Le presentaron el vino de honor. En vez de una copa de oro de vino generoso, le ofrecieron el golpe de muerte atormentador del criminal, que Él rechazó porque Él conservaría un gusto ileso al gusto de la muerte. Y luego, cuando gritó: «Tengo sed», le dieron vinagre mezclado con hiel, empujado a su boca sobre una esponja. ¡Oh! Infeliz y detestable inhospitalidad al Hijo del Rey.
3. Se le proporcionó una guardia de honor, que mostró su 'estima' jugando sobre sus vestidos, que habían tomado como su botín. Tal era la guardia del cuerpo del adorado del cielo. Una partida de jugadores brutales.
4. Se le encontró un trono de honor en el árbol ensangrentado. La cruz era, de hecho, la expresión plena del sentimiento del mundo hacia él. "Allí", parecían decir, "está el Hijo de Dios, esta es la manera en que Dios mismo debe ser tratado, si pudiéramos llegar a Él".
5. El título de honor era nominalmente "Rey de los judíos", pero que la nación ciega claramente repudiaba, y realmente lo llamaba "Rey de ladrones", prefiriendo a Barrabás y colocando a Jesús en el lugar de la más alta vergüenza entre dos ladrones . Su gloria fue, pues, en todas las cosas convertida en vergüenza por los hijos de los hombres, pero aún alegrará los ojos de los santos y ángeles, cuando sea el momento.
Que Dios no nos encuentre formando parte de los que insultaron y se burlaron de Jesús. Que cada día actuemos de tal forma que lo agrademos, no que contribuyamos a ser humillado y maltratado. Así sea.
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