sábado, 25 de febrero de 2017

TU DIESTRA ME SUSTENTÓ




Salmos 18:35
"Me diste asimismo el escudo de tu salvación;
Tu diestra me sustentó,
Y tu benignidad me ha engrandecido."


Las palabras son capaces de traducirse: "Tu bondad me ha hecho grande". David atribuyó con gratitud toda su grandeza no a su propia bondad, sino a la bondad de Dios. 


"Tu providencia", es otra lectura. Y la providencia no es más que bondad en acción. La bondad es como el brote si la providencia es la flor, o la bondad es la semilla de la cual la providencia es la cosecha. Algunos lo expresan como "tu ayuda", que no es sino otra palabra para la providencia. Siendo la providencia el firme aliado de los santos, ayudándolos en el servicio de su Señor. O también: "Tu humildad me ha hecho grande". "Tu condescendencia" puede, quizás, servir como una lectura comprensiva, combinando las ideas mencionadas, incluyendo la de la humildad. Es Dios haciéndose pequeño, que es la causa de que seamos grandes. 

Somos tan poco, que si Dios manifestara su grandeza sin condescendencia, seríamos pisoteados bajo sus pies. Pero Dios, que debe inclinarse para ver los cielos, e inclinarse para ver lo que hacen los ángeles, vuelve su mirada más baja, y mira a los humildes y contritos, y los hace grandes. Todavía hay otras lecturas, como por ejemplo, la Septuaginta, que dice: "Tu disciplina", tu corrección paternal, "me ha hecho grande". Mientras que la paráfrasis caldea dice: "Tu palabra me ha aumentado". Sin embargo, la idea es la misma. David atribuye toda su grandeza a la bondad condescendiente de su Padre que está en los cielos. Que este sentimiento se haga eco en nuestros corazones esta noche mientras lanzamos nuestras coronas a los pies de Jesús y clamamos: "Tu dulzura me ha hecho grande". ¡Cuán maravillosa ha sido nuestra experiencia de la mansedumbre de Dios! ¡Cuán suaves han sido sus correcciones! ¡Qué mansa su paciencia! ¡Qué amables son sus enseñanzas! ¡Qué dulces son sus dibujos! 

Medita sobre este tema, oh creyente. Que la gratitud se despierte en ti. Que la humildad se profundice. Que el amor se acelere antes de que te duermas esta noche. ¡Así sea!

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