Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
miércoles, 24 de enero de 2018
¡ALÉGRENSE!
Salmos 149:2
"Alégrese Israel en su Hacedor;
Los hijos de Sion se gocen en su Rey."
Alégrate de corazón, creyente, pero ten cuidado de que tu alegría tenga su origen en el Señor. Tú tienes mucha causa para alegrarte en Dios, porque puedes cantar como David, "Dios, mi gran gozo". ¡Alégrate de que el Señor reina, que Jehová es el Rey! ¡Alégrate de que Él se sienta en el trono, y gobierna todas las cosas!
Cada atributo de Dios debe convertirse en un rayo fresco a la luz del sol de nuestra alegría. Que Él es sabio debería alegrarnos. Que Él es poderoso, debería hacernos brincar de alegría en vez de temblar por nuestra debilidad. Que Él es eterno, siempre debe ser un tema de alegría cuando sabemos que nosotros nos marchitamos como la hierba. Que Él no cambia, debería perpetuamente cedernos una canción, ya que nosotros cambiamos cada hora. Que está lleno de gracia, que está rebosante de ella, y que esta gracia en el pacto se nos ha dado; que es nuestra para limpiarnos, para mantenernos, para santificarnos, para perfeccionarnos, para llevarnos a la gloria, todo esto debería tender a hacernos felices en Él.
Esta alegría en Dios es como un río profundo; hasta ahora solo hemos tocado su borde, conocemos un poco de sus claras corrientes dulces y celestiales, pero hacia adelante la profundidad es mayor, y la corriente es más impetuosa. El cristiano siente que puede deleitarse no solo en lo que Dios es, sino también en todo lo que Dios ha hecho en el pasado. Los Salmos nos muestran que el pueblo de Dios en la antigüedad solía pensar mucho en las acciones de Dios y tener una canción sobre cada una de ellas. ¡Entonces permita que el pueblo de Dios ahora cante de las obras del Señor!
No podemos dejar de cantar, porque a medida que fluyan nuevas misericordias día tras día, así la alegría en los actos amorosos del Señor en la providencia y en la gracia se mostrarán en acción de gracias continua. ¡Alégrense, hijos de Sión, y regocíjense en el Señor su Dios!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario