miércoles, 3 de enero de 2018

GUÍANOS




Salmos 5:8
"Guíame, Jehová, en tu justicia, a causa de mis enemigos;
Endereza delante de mí tu camino."


Muy amarga es la enemistad del mundo contra el pueblo de Cristo. Los hombres perdonarán mil faltas en otros, pero magnificarán la ofensa más trivial en los seguidores de Jesús. Dado que muchos están esperando nuestro tropiezo, que este sea un motivo especial para caminar con mucho cuidado ante Dios. Si vivimos descuidadamente, el mundo de ojos de lince pronto lo verá, y con sus cien lenguas, difundirá la historia, exagerada y adornada con el celo de la calumnia. Ellos gritarán triunfalmente. "¡Ajá! ¡Mira cómo actúan estos cristianos! Son hipócritas". Así se hará mucho daño a la causa de Cristo, y mucho insulto ofrecido a su nombre. 


La cruz de Cristo es en sí misma una ofensa para el mundo; tengamos en cuenta de que no estemos agregando ninguna ofensa propia. No pongamos obstáculos donde ya hay suficientes. "Para los griegos es una necedad": no agreguemos nuestra locura para señalar el desprecio con que los sabios del mundo se burlan del evangelio. ¡Cuán celosos deberíamos ser de nosotros mismos! En presencia de adversarios que tergiversarán nuestras mejores obras, y cuestionarán nuestros motivos  ¡qué prudentes deberíamos ser! 

No solo estamos bajo vigilancia, sino que hay más espías de los que conocemos. El espionaje está en todas partes, en casa y en el extranjero. ¡Oh Señor, guíanos siempre, que no nos hagan tropezar ni hagamos tropezar a nadie!

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