miércoles, 14 de febrero de 2018

ERES AMADO, EL AMOR DE DIOS TE ATRAE



Daniel 10:11
"Y me dijo: Daniel, varón muy amado, está atento a las palabras que te hablaré, y ponte en pie; porque a ti he sido enviado ahora. Mientras hablaba esto conmigo, me puse en pie temblando."


Hijo de Dios, ¿vacilas en apropiarte de este título? ¡Ah! ¿Tu incredulidad te ha hecho olvidar que tú también eres muy amado? ¿No debiste haber sido muy amado, para haber sido comprado con la preciosa sangre de Cristo, cordero sin mancha? Cuando Dios hirió a su Hijo unigénito por ti, ¿qué fue esto sino ser muy amado? Fuiste llamado por gracia y llevado a un Salvador, y te convertiste en un hijo de Dios y un heredero del cielo. Todo esto prueba un amor muy grande y sobreabundante hacia tí. 


Desde ese momento, si tu camino ha sido duro, con problemas, si ha estado lleno de pruebas que te han hecho dudar de la existencia de Dios o de su amor para tí, tienes que saber esto: El Señor ha permitido el sufrimiento, pero no con ira; si te ha hecho pobre, en la gracia has sido rico. Cuanto más indigno seas de ti mismo, más pruebas tienes de que nada más que un amor indescriptible podría haber llevado al Señor Jesús a salvar a un alma como la tuya. Mientras más demérito tengas, más clara es la exhibición del abundante amor de Dios al haberte elegido, y haberte llamado, y hecho de ti un heredero de bienaventuranza. 

Ahora, si hay tanto amor entre Dios y nosotros, vivamos en la influencia y dulzura de ello, y usemos el privilegio de nuestra posición. No permitamos que nos acerquemos a nuestro Señor como si fuéramos extraños, o como si no estuviera dispuesto a escucharnos, porque nuestro amado Padre nos ama mucho. "El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no con Él también nos dará gratuitamente todas las cosas?

Ven con valor, oh creyente, porque a pesar de los susurros de Satanás y las dudas de tu corazón, eres muy amado. Medita en la extraordinaria grandeza y fidelidad del amor divino esta tarde, y ve a tu lecho en paz.

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