jueves, 8 de febrero de 2018

NO LO QUIERO DEJAR



Cantares 3:4
"Apenas hube pasado de ellos un poco,
Hallé luego al que ama mi alma;
Lo así, y no lo dejé,
Hasta que lo metí en casa de mi madre,
Y en la cámara de la que me dio a luz."


¿Cristo nos recibe cuando venimos a Él, a pesar de todo nuestro pecado pasado? ¿Nunca nos reprende por haber probado todos los otros refugios primero? ¿Y no hay nadie en la tierra como Él? ¿Es el mejor de todos los buenos, el más justo de todos? ¡Oh, entonces vamos a alabarlo! ¡Hijas de Jerusalén, ensalzadlo con pandero y arpa! Abajo con los ídolos, arriba con el Señor Jesús. 


Que los estándares de la pompa y el orgullo sean pisoteados, pero que Jesús, que muchas veces el mundo frunce el ceño y se burla de Él, sea levantado en alto. Que sea puesto en alto para siempre, y que mi alma se siente en el estrado de sus pies, y que bese sus pies, y que los lave con mis lágrimas. ¡Oh, qué precioso es Cristo! ¿Cómo puede ser que haya pensado tan poco en  Él? ¿Cómo puedo ir al extranjero para gozar o consolarme cuando estar con Él es tan rico, tan satisfactorio? 

Compañero creyente, haz un pacto con tu corazón de que nunca te apartarás de Él, y pídele a tu Señor que lo ratifique. Pídele que te ponga como un sello en su dedo, y como un brazalete en su brazo. Pídele que te ate sobre Él, como la novia se despoja de adornos, y como el novio se pone sus joyas. Yo viviría en el corazón de Cristo; en las hendiduras de esa roca, mi alma permanecería eternamente. El gorrión ha hecho una casa, y la golondrina un nido para ella, donde puede poner sus crías.. Así también oh Jehová de los ejércitos, mi Rey y mi Dios; también yo haría mi nido, mi hogar, en ti, y nunca de ti podrá salir el alma de tu regazo, sino que quiero siempre acurrucarme cerca de ti, oh Jesús, mi verdadero y único descanso.

"Cuando encuentro a mi precioso Señor, todas mis pasiones ardientes brillan, a Él lo ato con cuerdas de amor, lo sostengo y no lo dejaré ir".

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