miércoles, 2 de mayo de 2018

BRAZOS ETERNOS




Deuteronomio 33:27
"El eterno Dios es tu refugio,
Y acá abajo los brazos eternos;
El echó de delante de ti al enemigo,
Y dijo: Destruye."


Dios, el Dios eterno, es nuestro apoyo en todo momento, y especialmente cuando nos hundimos en un problema profundo. Hay temporadas en las que el cristiano se hunde en la humillación. Bajo un profundo sentido de su gran pecaminosidad, es humillado ante Dios hasta que apenas sabe cómo orar, porque parece, a su propia vista, que es algo tan inútil...


Bien, hijo de Dios, recuerda que cuando estás en lo peor y en lo más bajo, aún "debajo de ti" están las armas eternas ". El pecado puede arrastrarte muy bajo, pero la gran expiación de Cristo todavía está por debajo de todo. Es posible que hayas descendido a las profundidades, pero no puedes haber caído tan bajo que Cristo no te pueda rescatar. A veces todo va mal, todo apoyo terrenal se corta. ¿Entonces que? Todavía nos quedan "los brazos eternos". No podemos caer tan profundamente en la aflicción sin que Dios provea una salida por medio de la confianza en Él. El cristiano puede estar sumido en problemas desde dentro a través de un conflicto feroz, pero incluso así no puede ser llevado tan bajo como para estar más allá del alcance de los "brazos eternos": están debajo de él; y, aunque así se sostiene, todos los esfuerzos del diablo para dañarlo no sirven de nada.
 


Esta garantía de apoyo es un consuelo para cualquier trabajador cansado pero serio al servicio de Dios. Implica una promesa de fortaleza para cada día, gracia para cada necesidad y poder para cada deber. Y, además, cuando llegue la muerte, la promesa seguirá siendo válida. Cuando estemos en medio de Jordan, podremos decir con David: "No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo". Descenderemos a la tumba, pero no descenderemos más, porque los brazos eternos previenen nuestra caída posterior. 

Durante toda la vida, y al final, seremos sostenidos por los "brazos eternos", brazos que ni marcan ni pierden su fuerza, porque "el Dios eterno no se desmaya, ni está cansado".

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