domingo, 6 de mayo de 2018

PARA LLEVAR FRUTO




Juan 15:4
"Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí."


¿Cómo comenzaste a dar fruto? Seguramente cuando llegaste a Jesús y reconociste que tus frutos no eran agradables a Él. ¿Recuerdas esos primeros días? En ese entonces la vid floreció, apareció la uva tierna, las granadas florecieron, y los lechos de especias dieron su olor. ¿Qué ha pasado desde entonces? ¿Sigues dando fruto, o te has estancado? 


Si de alguna forma has dejado de dar fruto, te pedimos que recuerdes ese tiempo de amor y te arrepientas y hagas tus primeras obras. Involúcrate en esos compromisos que, de manera experimental, han demostrado que te acercan más a Cristo, porque de Él proceden todos tus frutos. Cualquier ejercicio sagrado que te acerque a Él te ayudará a dar fruto. 

A algunos de nosotros nos han enseñado que no tenemos nada fuera de Cristo, y cuando Dios nos lo demuestra por medio de las circunstancias, tendemos a culparlo a Él. La experiencia nos enseña que cuanto más simplemente dependamos de la gracia de Dios en Cristo y esperemos del Espíritu Santo, más daremos fruto a Dios. 

¡Permanezcamos unidos a Él para que todos podamos dar fruto digno de Él!

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