martes, 8 de mayo de 2018

¿DOBLE CARA?



Sofonías 1:5
"...y a los que sobre los terrados se postran al ejército del cielo, y a los que se postran jurando por Jehová y jurando por Milcom..."


Tales personas se creyeron seguras porque estaban con ambas partes: fueron con los seguidores de Jehová y se inclinaron al mismo tiempo a Milcom. Pero la duplicidad es abominable ante Dios, y la hipocresía no la puede ni ver. El idólatra que se entrega claramente a su dios falso, tiene un pecado "menor" que el que trae su sacrificio contaminado y detestable al templo del Señor, mientras que su corazón está con el mundo y sus pecados. 


En los asuntos comunes de la vida diaria, se desprecia a un hombre de doble ánimo, pero en lo espiritual es aborrecible hasta el último grado. La pena pronunciada en el versículo que tenemos ante nosotros es terrible, pero está bien merecida; porque ¿Cómo debería la justicia divina perdonar al pecador, quién sabe lo correcto, lo aprueba y profesa seguirlo, y todo el tiempo ama al mal y le da dominio en su corazón?

Alma mía, atrévete a buscar esta mañana y ve si eres culpable de doblez. Tú profesas ser un seguidor de Jesús, ¿realmente lo amas? ¿Tu corazón está bien con Dios? ¿Eres de la familia del viejo padre Honesto, o del mentiroso? Tener un pie en la tierra de la verdad, y otro en el mar de la falsedad, implicará una caída terrible y una ruina total. Cristo es todo o nada. Dios llena todo el universo, y por lo tanto no hay lugar para otro dios; si, entonces, Él reina en mi corazón, no habrá espacio para otro poder reinante. ¿Descanso solo en Jesús crucificado y vivo solo para Él? ¿Es mi deseo hacerlo? ¿Está mi corazón dispuesto a hacerlo? 


Si es así, bendita sea la poderosa gracia que me ha llevado a la salvación; y si no es así, oh Señor, perdona mi triste ofensa, y permite que mi corazón te ame y respete siempre.

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