Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
martes, 1 de mayo de 2018
LO QUE NOS ESPERA
Mateo 10:25
"Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al padre de familia llamaron Beelzebú, ¿cuánto más a los de su casa?"
Nadie discutirá esta afirmación, porque sería indecoroso que el siervo sea exaltado por encima de su Maestro. Cuando nuestro Señor estaba en la tierra, ¿cuál fue el trato que recibió?
¿Fueron reconocidas sus necesidades, fueron seguidas sus instrucciones, sus mandamientos venerados por aquellos a quienes vino a bendecir? No; "Fue despreciado y rechazado por los hombres". Fuera del campamento estaba su lugar: llevar su cruz era su ocupación.
¿El mundo le dio consuelo y descanso? "Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza". Este mundo inhóspito no le dio refugio: lo expulsó y lo crucificó. Así que lo que menos debemos esperar es que el mundo nos alabe por seguir a Cristo; nos despreciarán. No sueñes con admiración o reconocimiento de esta tierra por seguir a Dios, o que cuanto más santo y más parecido a Cristo seas, más pacíficamente actuarán las personas hacia ti. No apreciaron la gema pulida, ¿cómo deberían valorar la joya en bruto? "Si llamaron al amo de la casa Beelcebú, ¿cuánto más los llamarán de su casa?"
Si fuéramos más como Cristo, deberíamos ser más odiados por sus enemigos. Es un mal presagio escuchar a un mundo malvado aplaudir y gritar "Bien hecho" al cristiano. Debes comenzar a mirar a tus obras, y preguntarte si no has estado haciendo mal, cuando los injustos te dan su aprobación.
Seamos fieles a nuestro Maestro, y no tengamos amistad con un mundo ciego y bajo que lo desprecia y rechaza. Lejos de nosotros buscar una corona de honor donde nuestro Señor encontró una corona de espinas.
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