sábado, 12 de mayo de 2018

MI PORCIÓN



Lamentaciones 3:24
"Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en Él esperaré."


No es "El Señor es en parte mi porción", ni "El Señor está en mi porción"; sino que Él mismo compone la suma total de la herencia de mi alma. Dentro de la circunferencia de ese círculo yace todo lo que poseemos o deseamos. El Señor es mi porción. No solo su gracia, ni su amor, ni su pacto, sino el mismo Jehová. Él nos ha elegido por su porción, y lo hemos elegido por la nuestra. Es cierto que el Señor primero debe elegir nuestra herencia para nosotros, o de lo contrario nunca le elegiremos por nosotros mismos; pero si somos realmente llamados de acuerdo con el propósito de elegir el amor, podemos cantar de su amor por nosotros y de su llamado.
 


El Señor es nuestra porción suficiente. Dios se llena a sí mismo; y si Dios es suficiente en sí mismo, debe ser suficiente para nosotros. No es fácil satisfacer los deseos del hombre. Cuando sueña que está satisfecho, despierta a la percepción de que hay algo aún más allá, y de inmediato la sanguijuela de su corazón grita: "Más.. más". Pero todo lo que podemos desear se encuentra en nuestra porción divina, de modo que nos preguntamos: "¿A quién tengo yo en el cielo sino a ti? Y no hay sobre la tierra a nadie que desee junto a ti". Bien podemos "deleitarnos en el Señor" que nos hace beber del río de sus placeres. Nuestra fe extiende sus alas y se alza como un águila en el cielo del amor divino en cuanto a su lugar apropiado de morada. "Las líneas nos han caído en lugares agradables, sí, tenemos una gran herencia". 

Vamos a regocijarnos en el Señor siempre; demostremos al mundo que somos personas felices y bendecidas... ¡Mostremos al mundo que tenemos lo mejor si tenemos a Dios!

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