domingo, 8 de julio de 2018

CRUCIFICADO CON CRISTO



Gálatas 2:20
"Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí."


El Señor Jesucristo actuó como nuestro representante público, y su muerte en la cruz fue la virtual muerte de todo su pueblo. Entonces todos sus santos fueron justicia en Él, y se les hicieron una expiación divina por todos sus pecados. El apóstol de los gentiles se deleitó al pensar que, como uno de los elegidos de Cristo, murió en la cruz con Cristo. Él hizo más que creer esto doctrinalmente, lo aceptó con confianza, descansando su esperanza en ello. 


Creyó que en virtud de la muerte de Cristo, había satisfecho la justicia divina y había encontrado la reconciliación con Dios. Amado, qué cosa más bendita es cuando el alma puede, por así decirlo, estirarse sobre la cruz de Cristo y sentir: "He muerto, la ley me ha matado y, por lo tanto, estoy libre de su poder, porque mi fiador ha llevado la maldición, y en la persona de mi Sustituto todo lo que la ley podía hacer, por medio de la condenación, ha sido ejecutado sobre mí, porque estoy crucificado con Cristo ".

Pero Pablo quiso decir incluso más que esto. Él no solo creía en la muerte de Cristo, y confiaba en ella, sino que realmente sintió su poder en sí mismo al causar la crucifixión de su antigua naturaleza corrupta. Cuando vio los placeres del pecado, dijo: "No puedo disfrutar de estos: estoy muerto para ellos". Tal es la experiencia de cada verdadero cristiano. Habiendo recibido a Cristo, él está en este mundo como uno que está completamente muerto. Sin embargo, mientras es consciente de la muerte del mundo, puede, al mismo tiempo, exclamar con el apóstol: "Sin embargo, vivo". Él está completamente vivo para Dios. La vida del cristiano es un enigma inigualable. Ningún mundano puede comprenderlo; incluso el creyente mismo no puede entenderlo. ¡Muerto, pero vivo! crucificado con Cristo, y al mismo tiempo resucitado con Cristo en novedad de vida. 


La unión con el sufrimiento, el sangrado del Salvador y la muerte del mundo y el pecado, son cosas que alientan el alma. ¡Qué complejo pero qué dichosos somos al entender esto!

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