lunes, 2 de julio de 2018

DE BUENA GANA



Colosenses 3:24
"Sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís."


¿A qué orden de elección de funcionarios se pronunció esta palabra? Para los reyes que orgullosamente se jactan de un derecho divino? ¡Ah, no! con demasiada frecuencia se sirven a sí mismos o al enemigo, y se olvidan del Dios cuya tolerancia les permite usar su majestad imitada durante su pequeña hora. ¿Habla el apóstol a los llamados "reverendos padres correctos en Dios", los obispos o "los reverendos ancianos"?. No, de hecho, Pablo no sabía nada de estos meros inventos del hombre. Ni siquiera a los pastores y maestros, ni a los ricos y estimados entre los creyentes, se dijo esta palabra a los siervos, sí, y a los esclavos...


Entre las multitudes trabajadoras, los jornaleros, los sirvientes domésticos, los olvidados jóvenes, el apóstol encontró, como todavía encontramos, algunos de los elegidos del Señor, y les dice: "Hagan lo que hagan, háganlo de corazón, como para el Señor, y no para los hombres, sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque sirváis al Señor Cristo". Este dicho ennoblece la fatigada rutina de los empleos terrenales, y arroja un halo alrededor de las ocupaciones más humildes. El lavar los pies puede ser servil, pero lavar los pies es un trabajo noble para Dios. Desenganchar el zapato es un mal empleo, pero desatar el gran zapato del Maestro es un privilegio principesco. ¡La tienda, el granero, el fregadero y la herrería se convierten en templos cuando hombres y mujeres hacen todo para la gloria de Dios! Entonces el "servicio divino" no es cosa de unas pocas horas y pocos lugares, sino que toda la vida se convierte en santidad para el Señor, y para cada lugar y cosa, consagrado como el tabernáculo y su candelero de oro.

"Enséñame, mi Dios y Rey, que en todo lo que vea y lo que hago, lo pueda hacer para ti. Todos pueden participar de ti, nada puede ser tan malo que con tu bendición, no se volverá brillante y limpio. Un siervo con esta cláusula hace que la monotonía sea divina; quien barre una habitación pensando en tí, se convierte en un acto de adoración agradable". Así sea en mi vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario