jueves, 26 de julio de 2018

DE ÉL ES TODO



Salmos 74:16
"Tuyo es el día, tuya también es la noche;
Tú estableciste la luna y el sol."


Sí, Señor, no abdicarás de tu trono cuando el sol se ponga, ni dejas el mundo durante estas largas noches invernales para ser presa del mal; tus ojos nos miran como las estrellas, y tus brazos nos rodean cuando el zodíaco rodea el cielo. El rocío del sueño bondadoso y todas las influencias de la luna están en tu mano, y las alarmas y solemnidades de la noche son igualmente contigo. Esto es muy dulce para mí cuando veo a través de las horas de la medianoche, o me muevo de angustia. Hay frutas preciosas presentadas por la luna y por el sol: que mi Señor me haga ser un participante favorecido en ellas.


La noche de la aflicción depende tanto de la disposición y el control del Señor del amor como de los días de verano cuando todo es dicha. Jesús está en la tempestad. Su amor envuelve la noche sobre sí misma como un manto, pero para el ojo de la fe, la túnica no es más que un disfraz. Desde la primera guardia de la noche hasta el amanecer, el Vigilante eterno observa a sus santos y anula las sombras y los rocíos de la medianoche para el mayor bien de su pueblo. No creemos en deidades rivales del bien y el mal contendiendo por la maestría, pero escuchamos la voz de Jehová que dice: "Yo creo la luz y creo las tinieblas, yo, el Señor, hago todas estas cosas".
 

Las estaciones sombrías de la indiferencia religiosa y el pecado social no están exentas del propósito divino. Cuando se profanan los altares de la verdad y se abandonan los caminos de Dios, los siervos del Señor lloran con amargo dolor, pero no pueden desesperar, porque las épocas más oscuras están gobernadas por el Señor, y llegarán a su fin a su voluntad. Lo que puede parecer una derrota para nosotros puede ser una victoria para él.

"A pesar de estar envueltos en una noche sombría, no percibimos ningún rayo de desesperanza, ya que el Señor mismo está aquí, no debemos temer".

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