1 Reyes 14:7-14
"Regresa a donde está Jeroboán y adviértele que así dice el Señor, Dios de Israel: “Yo te levanté de entre mi pueblo Israel y te hice su gobernante. Le quité el reino a la familia de David para dártelo a ti. Tú, sin embargo, no has sido como mi siervo David, que cumplió mis mandamientos y me siguió con todo el corazón, haciendo solamente lo que me agrada. Por el contrario, te has portado peor que todos los que vivieron antes de ti, al extremo de hacerte otros dioses, ídolos de metal; esto me enfurece, pues me has dado la espalda.
»”Por eso voy a enviarle una desgracia a la familia de Jeroboán. De sus descendientes en Israel exterminaré hasta el último varón, esclavo o libre. Barreré la descendencia de Jeroboán como se barre el estiércol, hasta no dejar rastro. A los que mueran en la ciudad se los comerán los perros, y a los que mueran en el campo se los comerán las aves del cielo. ¡El Señor lo ha dicho!”
»En cuanto a ti, vuelve a tu casa; el muchacho va a morir en cuanto llegues a la ciudad. Entonces todos los israelitas harán duelo por él y lo sepultarán. De la familia de Jeroboán solo él será sepultado, porque en esa familia solo él ha complacido al Señor, Dios de Israel.
»El Señor levantará para sí un rey en Israel que exterminará a la familia de Jeroboán. De ahora en adelante"
Ayer meditamos sobre el reinado y comportamiento de Roboam, rey del Norte. Ahora vemos que el rey del Sur (Judá), tampoco fue mucho mejor. Del esplendoroso reinado de David, ya no queda nada. El reino realmente está en picada y el comportamiento de los reyes ha sido lamentable.
A consecuencia de esto, vienen épocas difíciles para el pueblo. Las decisiones del líder repercuten en los que están bajo su cobertura. Algo parecido pasa en nuestras familias. Sabemos que somos sacerdotes, profetas y reyes. Si tomamos decisiones y actuamos mal, nuestra familia lo va a resentir. Debemos procurar seguir el ejemplo de personas temerosas de Dios, para poder obtener su favor y misericordia cuando la necesitemos.
Oración: Padre, ayúdame a ver y hacer lo que han hecho las personas que te aman. Personas que aún con sus errores demostraron que querían agradarte. No se quedaron atrapadas en el pecado sino que son conocidas por amarte y obedecerte. Ayúdame a verme en el espejo de Abraham, Moisés, David, Pablo. Aún con errores, buscarte y alcanzar perdón y misericordia. En el nombre de Jesús, amén.