1 Reyes 11:1-2
"Ahora bien, además de casarse con la hija del faraón, el rey Salomón tuvo amoríos con muchas mujeres moabitas, amonitas, edomitas, sidonias e hititas, todas ellas mujeres extranjeras que procedían de naciones de las cuales el Señor había dicho a los israelitas: «No se unan a ellas, ni ellas a ustedes, porque de seguro les desviarán el corazón para que sigan a otros dioses». Con tales mujeres se unió Salomón y tuvo amoríos."
Salomón tiene un problema. Y esa debilidad llega a ser su ruina. Así como ya vimos en su momento con Sansón, ahora vemos que la debilidad de Salomón eran los amoríos con mujeres de naciones de las cuales Dios había dicho explícitamente que no se unieran, porque iban a desviar el corazón y hacer que siguieran otros dioses. Y dicho y hecho, eso le pasó al Rey Salomón, aún con toda su gloria y sabiduría.
No paro de reflexionar al respecto y de preguntarme: ¿Cómo es posible que el hombre más sabio del mundo se aparte de Dios? ¿Qué dice esto acerca de la conexión (o falta de ella) entre tener sabiduría y tener un corazón para servir a Dios? Podemos tenerlo todo, pero si no tenemos una conexión diaria con Dios, eventualmente vamos a hacer cosas que lastimen su corazón y eso se convertirá en nuestra ruina espiritual.
¿Por qué es peligroso pensar que el conocimiento es suficiente para construir una relación con Dios? Podemos llegar a pensar que somos seguidores de Cristo por nuestra "inteligencia y sabiduría". Pero no es así. Él nos ha escogido, nosotros no lo hemos escogido a Él. Si dependiera exclusivamente de nosotros, lo más seguro es que estuviéramos aún perdidos en nuestros delitos y pecados. Pidamos hoy a Dios sabiduría para seguir al Señor y no apartarnos de los mandatos que nos ha dejado.
Oración: Padre, gracias por tu amor. Ayúdame a reconocer que es por tu gracia y misericordia que sigo unido a ti. Que mi auto-suficiencia y orgullo no sean causa de ruina espiritual. En el nombre de Jesús, amén.
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