1 Reyes 3:5-10
"...y allí mismo se le apareció el Señor en un sueño, y le dijo:
—Pídeme lo que quieras.
Salomón respondió:
—Tú trataste con mucho amor a tu siervo David, mi padre, pues se condujo delante de ti con lealtad y justicia, y con un corazón recto. Y, como hoy se puede ver, has reafirmado tu gran amor al concederle que un hijo suyo lo suceda en el trono.
»Ahora, Señor mi Dios, me has hecho rey en lugar de mi padre David. No soy más que un muchacho, y apenas sé cómo comportarme.
Sin embargo, aquí me tienes, un siervo tuyo en medio del pueblo que has escogido, un pueblo tan numeroso que es imposible contarlo.
Yo te ruego que le des a tu siervo discernimiento para gobernar a tu pueblo y para distinguir entre el bien y el mal. De lo contrario, ¿quién podrá gobernar a este gran pueblo tuyo?»
Al Señor le agradó que Salomón hubiera hecho esa petición..."
En estos cortos versículos podemos ver muchas cosas respecto a la relación de Dios con Salomón. A través de un sueño, Dios le dice que le pida cualquier cosa y Él se la concederá. ¿Cómo responderíamos nosotros si Dios nos preguntara algo similar?
Seamos sinceros, muchos pediríamos riquezas, fama, fortuna... Pero Salomón pide sabiduría para gobernar. Salomón está consciente del propósito de su vida y pide respecto a ese propósito. ¿Somos conscientes nosotros del propósito por el cual estamos acá?
Si no es así, empecemos por allí. Mira a tu alrededor: ¿Qué talentos de ha dado Dios? ¿Sabes por qué te escogió para ser parte de esa familia, de ese trabajo, de ese grupo en el que te desenvuelves diariamente? Una vez detectes eso, ya serás capaz de pedirle a Dios algo más certero, algo que te ayudará a cumplir con ese propósito... Y Dios te lo dará. Todo lo que sea para cumplir con ese propósito divino y que esté de acuerdo con su voluntad te será hecho. Haz el intento.
Oración: Padre, ayúdame a entender mi propósito y a pedir lo necesario para que ese propósito sea cumplido. Mira dentro de mi corazón, ayúdame a estar cada vez más enamorado de ti y de lo que planeaste para mi. En el nombre de Jesús, amén.
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