jueves, 6 de marzo de 2014

EL BUEN PASTOR


Juan 10:10 
“El ladrón viene solamente para robar, matar y destruir; pero yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.



Déjame contarte algo sobre las ovejas: Las ovejas no son muy inteligentes que digamos. Tienden a vagar por los riachuelos en busca de agua, pero su lana crece y las hace pesadas y se ahogan. David sabía muy bien que tanto las ovejas como él necesitan de un pastor que las guíe hacia «aguas de reposo».

Más datos sobre las ovejas: No tienen defensas naturales, ni garras, ni cuernos ni colmillos. Están prácticamente indefensas. Las ovejas necesitan un pastor con «su vara y su cayado» que las proteja. No tienen sentido de dirección. Necesitan a alguien que las guíe «por sendas de justicia».

Lo mismo que nosotros. También tendemos a dejarnos arrastrar por aguas que debimos haber evitado. ¿Acaso tú mismo no has cruzado el desierto en algun momento de tu vida y te has sentido abatido, agobiado, triste y solo? ¿Sientes que en cuanto más te acercas a Dios, el enemigo más te acecha y busca robarte, matarte, destruirte?

Pero te traigo buenas noticias. ¡No temas! Porque Dios ha venido a darte esa vida en abundancia. No tenemos defensas contra el león rugiente que ronda buscando a quien devorar. Necesitamos un pastor. Necesitamos un pastor que cuide de nosotros y nos guíe.

Y tenemos uno.

Uno que nos conoce por nombre. No somos desconocidos para Él. Somos amados, protegidos y salvados. ¡Bendito el buen pastor!

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