Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
domingo, 25 de mayo de 2014
HAY GOZO EN SERVIR CON HUMILDAD
Señor, conozco algunas personas que son muy desdichadas; son personas que saben que han hecho decisiones terribles y egoístas, que se sienten deprimidas y culpables en cada momento. Han descubierto la triste verdad de que Satanás miente cuando promete felicidad y satisfacción.
Pero yo he hallado que también es verdad lo contrario. ¡Cuando te escucho, cuando ajusto mis valores a ti, cuando me atrevo a hacer tu voluntad, mi vida es buena! ¡Me encanta esa sensación! No me gusta el deseo de apartarme de ti, de evadirme de ti, de temerte. Me encanta la sensación de tu sonrisa y aprobación.
He hallado que tus palabras son la verdad: “Porque el Señor tiene contentamiento en su pueblo; hermoseará a los humildes con la salvación” (Salmo 149:4). Yo sé que mi pasado pecaminoso ha sido lavado; sé que tu poderoso Espíritu está obrando en mí, me está cambiando y me está guiando. Mi vida se llena de alegría cuando pienso que tú te agradas de mí. Me encanta llevar puesta mi corona de salvación, me hace sentir que puedo soportar todas las dificultades y superar todos los obstáculos.
Mi Salvador es mi héroe y mi ejemplo; él vino no para ser servido sino para servir. Señor Jesús, ayúdame a creer, a creer en realidad, a creer siempre que para ti son grandes los que les sirven con humildad a las otras personas.
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