martes, 13 de mayo de 2014

¡LO LOGRÉ! GRACIAS A TÍ, SEÑOR



Tengo que admitir que estaba preocupado, Señor. ¡Fue un reto muy grande! No tenía la seguridad de que estuviera a la altura. ¿Te acuerdas de todas aquellas oraciones? Por supuesto que las recuerdas, nada se escapa a tu atención ni a tu memoria. Fue necesario un largo tiempo; también admito que yo estaba preocupado. Pensé que quizás todo era por mi cuenta, pero tú me enseñaste mucho a través de todo este asunto; me enseñaste la paciencia, la perseverancia y la resistencia. Me hiciste esperar, pero te hiciste evidente para mí.

Sé que algunos de mis amigos piensan que fui yo quien hizo esto, pero tú yo sabemos la verdad. “No a nosotros, Oh Dios, no a nosotros, sino a tu nombre da gloria, por tu misericordia, por tu verdad” (Salmo 115:1). Esta experiencia se quedará conmigo y me fortalecerá para el próximo desafío. Te ruego que me ayudes a recordar la experiencia de esos días cuando sea tentado a llenarme de temor más adelante en mi vida.

Señor, estoy muy emocionado por ser útil en la obra de tu reino. No siempre puedo entender lo que tú estás haciendo, pero visto en retrospectiva todo parece caer en su lugar. Cuanto mayor me hago, más puedo ver que en ti se puede confiar en la dirección de todas las cosas. Te doy gracias porque me has hecho progresar, crecer y madurar. ¿Hay, quizás, cerca de mí, un alma que lucha y a la cual yo pueda alentar en tu nombre?

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