viernes, 5 de febrero de 2016

BUSCAR A DIOS EN PRIVADO



Marcos 1:35
"Muy de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó, salió de la casa y se fue a un lugar solitario, donde se puso a orar."

 
Después de anunciar la inauguración del reino de Dios, Marcos continúa su narración con la descripción de la evidencia de la venida del reino de Dios. Esto se refleja en Jesús llamando a los discípulos (vs 16-20), la enseñanza y el encuentro de poder en la sinagoga (vs 21-28), la curación de la suegra de Pedro (vs 29-31), y además el ministerio de sanidad y la expulsión de los malos espíritus (vs 32-34).

Si Jesús caminara por la tierra hoy en día, no habría innumerables invitaciones para llevar a cabo reuniones de avivamiento, mítines milagrosos, y cruzadas curativas organizados en grandes estadios y centros de convenciones. Jesús no permitió que las multitudes condicionaran su misión. Tampoco capitalizó su reciente popularidad para hacerse bien conocido. En lugar de ello, se retiró a lugares tranquilos para estar con su Padre Celestial. Se negó a ser conocido como un mero hacedor de milagros. Llegó a ser el Salvador, y Él debía proclamar la Buena Nueva en otros pueblos cercanos también. Esta fue la evidencia de su misión en la tierra.

Al igual que los expertos en relaciones públicas y los gurús de la gestión de nuestros días, los discípulos parecían estar pensando que Jesús estaba perdiendo la oportunidad que la reciente publicidad había generado (vs 36-37). Nos enfrentamos a un reto similar al elegir el camino del mundo para demostrar la evidencia de nuestra vocación como cristianos. A menudo preferimos el centro de atención del ministerio público en lugar de la tranquila soledad de las oraciones. Tenemos la tendencia a elegir los aplausos de la multitud que la aprobación de nuestro Padre Celestial.

Hacemos historia en el servicio cristiano al pasar tiempo con Dios y ser fieles a nuestra vocación, no estando al frente de tareas por el simple hecho de que nos conozcan. Oremos por los pastores y líderes de iglesias que no se distraen de la palabra y de la verdad de Dios.

Nosotros mismos, busquemos a Dios en oración, en privado, en la intimidad.

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