jueves, 25 de febrero de 2016

UNA ESPERANZA



Marcos 5:22-23
"Y vino uno de los principales de la sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vio, se postró a sus pies,
y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá."


Muchas personas que viven en nuestros países latinoamericanos están absolutamente desesperados por ayuda. Mucha gente es pobre, tiene enfermedades y también están sometidas a desastres naturales y vicios. Muchos de ellos viven toda su vida en condiciones miserables y sin ningún alivio. Muchos se han resignado a este estado de vida. ¿Hay una manera de ayudar a estas personas?

Jairo y la mujer enferma eran gente desesperada. Parecía como si sus situaciones ya no tenían esperanza. La hija de Jairo estaba muriendo. De hecho, ella murió antes de que Jesús llegara a ella (vs 23, 35). Imagína el dolor y la desesperación que Jairo debió sentir en la pérdida de su amada hija. La mujer tenía una enfermedad durante doce años (v 25). Ella habría estado débil y debe haberse sentido desesperada. Nosotros también podemos tener momentos en los que estamos desesperados por salir de una situación terrible. Es difícil cuando somos incapaces de hacerlo.

En su desesperación, un rayo de esperanza brilló. Ellos se acercaron a Jesús. Uno se encontró con Jesús públicamente, una en secreto. Y ambos tenían sus necesidades cubiertas. Su fe en Jesús les trajo alivio.

Nunca debemos tener vergüenza de buscar a Jesús para nuestras necesidades. La gente tiende a confiar sólo en los métodos modernos para la curación, pero tenemos que buscar a Jesús también. En nuestra desesperación, Jesús nos puede dar la vida si tan sólo creemos. ¿Crees tú en Él?

No hay comentarios:

Publicar un comentario