miércoles, 10 de febrero de 2016

PERSONAS ORDINARIAS, MISIÓN EXTRAORDINARIA



Marcos 3: 14-15
"Designó a doce, a quienes nombró apóstoles, para que lo acompañaran y para enviarlos a predicar y ejercer autoridad para expulsar demonios."

 
Jesús estaba enseñando, sanando a los enfermos, haciendo milagros y expulsando a los malos espíritus. Ahora, ha llegado el momento de que Jesús nombrara discípulos para llevar a cabo su misión en la tierra.

Jesús escogió a los discípulos para dos propósitos primarios (vs 14-15). En primer lugar, los discípulos habían de pasar tiempo con Jesús para que pudieran aprender de Él. En segundo lugar, debían predicar las buenas nuevas del reino, y tener autoridad sobre el maligno. Tengamos en cuenta que los discípulos debían estar con Jesús primero antes de que pudieran ser comisionados para predicar el Evangelio.

Jesús escogió a gente común para ser sus discípulos. Los discípulos no eran superhombres ni personas en eminencia. El jactancioso Pedro negó a Jesús. Tomás dudaba. Santiago y Juan eran ambiciosos y querían sentarse en posiciones de poder en el reino de Dios. Estos discípulos huyeron cuando Jesús fue arrestado y luego crucificado. Cuando los recordamos, no estamos glorificando sus debilidades, sino glorificamos al Dios que puede usar la gente tan débil como lo fueron ellos en su servicio.

En el reino de Dios, siempre hay lugar para las personas que están rotas, débiles y que han experimentado fracasos. No necesitamos esperar hasta que estemos sin pecado, perfectos y totalmente equipados para servir a Dios. Nunca lo estaremos.

Hoy preguntémonos: Aparte de la iglesia, ¿cómo se puede servir a Dios en el hogar, escuela, universidad, lugar de trabajo y en la comunidad? Somos importantes para Dios, con problemas y dudas como cualquier otra persona, pero con una misión extraordinaria. ¿La empezamos a realizar?

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